La adicción es cualquier comportamiento al que recurrimos para manejar nuestras emociones y aliviar temporalmente nuestra profunda sensación de falta de conexión hacia nosotros mismos y/o los demás.
Nos volvemos adictos a cualquier comportamiento que nos alivia temporalmente de nuestra desregulación del sistema nervioso y momentáneamente nos brinda una sensación agradable (basada en la conexión) mediante neurotransmisores como dopamina; que atraviesan el cuerpo causando alivio inmediato.
Esto incluye: abuso de sustancias, compras compulsivas, dinámicas de relaciones tóxicas, pornografia, trabajo compulsivo, uso de redes sociales, conducta alimentaria en cuanto a uso y restricción, video juegos, etc.
La causa raiz de la adicción es el apego traumático que nos dejó desconectados de nuestros vínculos primarios y por tanto de nuestro auténtico ser.
Los traumas en el apego ocurren cuando nuestros primeros vínculos no lograron cubrir nuestras necesidades emocionales y cuando tuvimos que traicionar partes de nosotros mism@s para ganar amor y aprobación.
Recurrimos a conductas adictivas porque nos proporcionan alivio temporal para nuestras necesidades no cubiertas y nos proveen una breve sensación de conexión y validez.
La atracción hacia esta necesidad es tan fuerte que volveremos a esta conducta una y otra vez, aun con las importantes consecuencias a largo plazo.
Con la repetición de estas conductas, el cuerpo y el cerebro cambian físicamente (scanners cerebrales lo demuestran) y la necesidad hacia el comportamiento se vuelve más intensa y frecuente a pesar de las consecuencias.
Por esto la adicción no es una elección.
Los adictos están atrapados dentro de su cuerpo traumatizado.